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LUCES Y SOMBRAS
Luces y sombras sustancian el misterio
de tus huellas vencidas en el tiempo.
Traías, a veces, perfume de jazmines
y en los ojos insomnios de regresos.
Otras veces, la indolencia se mezclaba,
con tu rostro indiferente y perturbado,
y en tu boca afloraban las palabras
que derrumbaban de pronto lo anhelado.
A veces, escondías mis manos en tus manos
como se esconden las flores en invierno
y te quedabas soñando en un abrazo
sobre el espacio azul donde te pienso.
Y otras muchas, te mostrabas muy lejano,
y parecían pesarte los encuentros,
y no supe entender donde nacían
esas luces y sombras del misterio.
A veces me ilusionabas,
me halagabas y elevabas a la cima
y quizás, cuando menos lo esperaba,
me lanzabas al vacío y me perdías.
Supe mucho después y ya era tarde,
las razones de aquel comportamiento
y cuando quise protegerte, fue imposible,
la enfermedad te ganó y habías muerto.
Luces y sombras sustancian el misterio
de tus huellas vencidas en el tiempo,
del dolor que atraviesa por mis huesos,
por el final escondido en tus secretos.
© 2008 Alma Mateos Taborda (princesa_azul)
Luces y sombras sustancian el misterio
de tus huellas vencidas en el tiempo.
Traías, a veces, perfume de jazmines
y en los ojos insomnios de regresos.
Otras veces, la indolencia se mezclaba,
con tu rostro indiferente y perturbado,
y en tu boca afloraban las palabras
que derrumbaban de pronto lo anhelado.
A veces, escondías mis manos en tus manos
como se esconden las flores en invierno
y te quedabas soñando en un abrazo
sobre el espacio azul donde te pienso.
Y otras muchas, te mostrabas muy lejano,
y parecían pesarte los encuentros,
y no supe entender donde nacían
esas luces y sombras del misterio.
A veces me ilusionabas,
me halagabas y elevabas a la cima
y quizás, cuando menos lo esperaba,
me lanzabas al vacío y me perdías.
Supe mucho después y ya era tarde,
las razones de aquel comportamiento
y cuando quise protegerte, fue imposible,
la enfermedad te ganó y habías muerto.
Luces y sombras sustancian el misterio
de tus huellas vencidas en el tiempo,
del dolor que atraviesa por mis huesos,
por el final escondido en tus secretos.
© 2008 Alma Mateos Taborda (princesa_azul)
1 comentario:
Alma:
No me canso ni me cansaré de alabarte. Tocas mi ser y lo transformas en tu compañero que camina junto a ti al calvario.
Eres una declamadora íntegra. Terminé emocionándome contigo frente a tu dolor y tome tu cruz para ayudarte.
Hablas con el alma a flor de piel y perfumas el espacio que llora y canta junto a ti.
Hoy he estado contigo en la dulce amargura de tus versos y me he transformado en ese cierre de tu poema.
Alfonso Esteban
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